lunes, 16 de mayo de 2016

Entrevista al candidato (1): Adrian Llorente

1. ​¿Cómo organizarías la comunicación con los residentes a nivel nacional para ​trasladar sus propuestas a la ​CNE​ y viceversa​?

Hay tres vías compatibles para articular esa participación, la primera a través de los representantes de los residentes en las Unidades Docentes, la segunda a través del futuro grupo Representa (o los ya existentes de Formación y Comunicación) de la Asociación de Residentes y la misma lista de correo de distribución de ARES y finalmente a través de la representación de los residentes en las distintas sociedades científicas.
Ahora bien, no sería sincero por mi parte no mencionar que esto entraña grandes dificultades debido a los obstáculos que ha puesto el Ministerio para compartir la documentación, tal y como nos han explicado los actuales representantes. Es por ello, que creo que uno de los primeros aspectos debe ser conseguir que podamos compartir de forma interna el contenido, porque sino será imposible realizar aportaciones ni debatir sobre el mismo. 

El segundo paso sería entonces articular un sistema de comunicación mixto, que combine a los representantes de las UD y sociedades científicas, con la lista de correo de distribución o los grupos de trabajo de ARES. Y el tercero, e ideal, conseguir generar un foro de debate público sobre los aspectos en debate en el CNE.

 2. ​¿Qué temas o aspectos ​te parecen prioritarios para la comunidad de residentes a tratar como vocal de los próximos dos años?

Por un lado tenemos la reforma del programa formativo debido a la troncalidad, que implica la definición de competencias, la integración en el tronco médico y el acceso a sus áreas de capacitación específica, el surgimiento de nuevas áreas como Salud Global e Internacional y por otra, conseguir el reconocimiento del título de especialista en las convocatorias públicas de empleo de las Administraciones Sanitarias y de Salud Pública, sea como mérito, sea como requisito de acceso según de la OPE.

3. ​Respecto a las desigualdades entre UD a lo largo de toda la geografía, ¿qué opciones planteáis para mediar en potenciar el cumplimiento del marco formativo, así como en las condiciones de trabajo de los diferentes residentes?
Lo ideal sería alcanzar un marco mínimo común, pero con la reforma del sistema troncal, el riesgo de supresión del máster y el difícil encaje de la formación de 4 años en 2, creo que el cambio en el marco formativo y de condiciones de trabajo va a venir a la fuerza.

En lo relativo a la evaluación del cumplimiento del programa y de las condiciones de trabajo soy partidario en colaborar con ARES en la realización de encuestas y reuniones monográficas para tratar estos aspectos, haciendo valer las conclusiones no solo en el CNE, sino también en las Unidades Docentes y foros de las sociedades científicas.

4. Está prevista la implantación de la troncalidad dentro de dos años, ¿cómo debería ser el proceso de reestructuración de la especialidad y que podrías hacer desde la CNE para colaborar en ese proceso?

Una vez definidas las competencias del especialista, propuesta en la cual estamos trabajando algunos miembros de ARES con los actuales representantes en el CNE, toca pasar a la forma de materializarla a través de un itinerario formativo. Creo que con la información que tenemos, la estructura del itinerario formativo es imposible de cuadrarla en 2 años. Es un tema que hemos comentado todos los compañeros que hemos hablado del tema y es que en 24 meses no da, ni para la formación práctica, ni para el máster.

Ante esta problemática, creo que tenemos que recabar el apoyo de las Sociedades Científicas y las Escuelas de Salud Pública para conseguir ampliar el periodo no troncal a 36 meses, tal y como están reclamando en otras especialidades. Dif​i​cilmente se nos va a mantener el reconocimiento del título de médicos especialistas en medicina preventiva y salud pública en el resto de países de la Unión Europea si nuestros compañeros franceses tienen 4 años de formación específica y 120 ECTS que cursar, en Austria son 2 de troncalidad y otros 4 años de especialidad (6 en total), en Reino Unido son 5 años (exigiéndose además 2 años de trabajo como posgraduado), etc.

Es quizá un objetivo difícil, pero no veo forma práctica de solventar los requisitos que impone la Directiva 2005/36/CE, ni tampoco forma docente de integrar los actuales rotatorios (de los cuales ninguno va a estar presente en el tronco) ni la formación teórica.

5. ​¿Cómo llevarías la relación con ARES?

Como hasta el momento, nuestro mandato es de un año y en la asamblea de otoño habrá que debatir como los socios de ARES quieren que sea esa relación. Por mi parte, la asociaci​ó​n es una de las tres vías que tenemos para llegar a nuestros compañeros y dado los buenos resultados que ha dado no creo pueda dejarse a un lado.

​6. ​ Últimamente se aprecia un creciente interés por la salud global​ de los residentes y estudiantes. ¿Cómo crees que podría impulsarse éste área en la especialidad desde la CNE?

Creo que lo primero es impulsar la firma de convenios por parte de las distintas Unidades Docentes con las Delegaciones Provinciales de Sanidad Exterior como hacen Las Canarias y Navarra. Y me refiero a Sanidad Exterior y no solamente a los Centros de Vacunación Internacional, porque el número de actividades que se realizan en Sanidad Exterior va más allá de la Vacunación y creo que es una futuro área de desarrollo profesional de gran relevancia.

Por otra parte, creo que cuando se articule el programa formativo, deberá recogerse un rotatorio específico para Vacunación del Viajero y Sanidad Exterior que debería alcanzar un mínimo de 6 semanas, siguiendo el modelo de Las Canarias (lo ideal sería de 8 a 12 semana) al que podría añadirse un periodo por determinar en Gestión de Alertas y Emergencias Sanitarias y/o de participación en proyectos de cooperación e investigación en Salud Global.

Es decir, la Salud Global debe definirse en el futuro programa formativo como un área profesional específica, como ya lo son la Administración Sanitaria, e impulsarse su reconocimiento y valoración en las ofertas de empleo de ese área.

7. ​¿Cuáles te parecen las fortalezas y debilidades de nuestra especialidad?​

La principal fortaleza diría que es la interdisciplinariedad y amplitud de la especialidad, hecho que tambié está relacionada con nuestra principal debilidad, la falta de reconocimiento sobre la misma, en su sentido más amplio. Esa fuerte metodología en la que se nos instruye y esa capacidad de trabajar en áreas tan distintas como la Economía de la Salud o la Vacunación, pasando por la Vigilancia Epidemiológica, la Administración Sanitaria y finalizando en el Control de la Infección, no son luego justamente valoradas.

Somos unos grandes desconocidos por nuestros compañeros, que en el Hospital creen que nos dedicamos a la Higiene de Manos, en el Atención Primaria a metodología de la investigación y en la Administración a la evaluación de tecnologías sanitarias. Hacemos todas esas cosas y muchas más, pero no se ven porque precisamente se desarrollan en áreas extrahospitalarias y hasta extrasanitarias.

Ante eso, creo que solo nos queda recurrir a esas herramientas que tanto nos insisten los de Promoción de la Salud: comunicación, educación y abogacía de la especialidad. Y ahí quiero poner en valor el enorme trabajo que se ha hecho desde ARES este año divulgando la especialidad entre el alumnado con las Jornadas de Salud Pública para estudiantes y la participación en las dos Ferias de Especialidades de los Congresos de Educación Médica, así como de orientación en las distintas charlas de las Academias MIR y respondiendo a mil y un consultas a través de buzonares sobre la especialidad.

Estamos consiguiendo comunicar y hacer pedagogía sobre lo que es Medicina Preventiva y Salud Pública, ahora hace falta dar el paso de la abogacía, ponerla en valor ante nuestros compañeros, la sociedad y los agentes decisores.

8. ¿Has tenido experiencias previas en labores de representación? Si es así, ¿podrías contárnoslas?

Va a sonar fatal, pero siempre he creído que la pertenencia a un colectivo implica participar en la defensa de sus intereses y resolución de sus problemas. Y este mantra me ha acompañado en la fundación de la Asociación de Estudiantes de Medicina (AEM/MIB) en la Universidad del País Vasco, reconstitución del Consejo de Estudiantes de la Facultad y posteriormente la creación de los Consejos de Estudiantes de Campus de Bizkaia y Gipuzkoa; así como la reactivación del Consejo de Estudiantes de la UPV, mientras al mismo tiempo participaba en el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM).

Vamos, dentro del limitado tiempo que permitía la carrera, durante 6 años intenté articular estructuras y espacios que permitieran la participación y representación de los estudiantes en los órganos de la universidad, así como la defensa de sus intereses ante las instituciones extrauniversitarias. Creo que sirve de poco ser elegido representante en una Junta de Facultad, Claustro o Consejo de Gobierno de la Universidad, si esa representación no se ancla en sendos mecanismos de participación y se consiguen crear estructuras estables que permitan esa comunicación.

Así que si tuviera que resumir el tiempo que fuí representante de mis compañeros, diría que aprendí que las responsabilidades y cargos de representación van y vienen y tiene siempre un impacto limitado, mientras que las estructuras, mecanismos y personas participativas permanecen y consiguen operar cambios mucho más significativos que cualquier acción individual.